Aprendiendo a leer
Los que me leen habitualmente no solo aquí (que llevo bastante poco tiempo) sino en la desaparecida Cyberdark sabrán de mi afición a la lectura en inglés, es más, está bitácora está casi exclusivamente dedicada a mis lecturas en versión original (prometo comentar algún día alguno de los libros que leo en castellano). Lo que quizá no sepan es que mi método de lectura no es precisamente el habitual.
En el tiempo que llevo leyendo en inglés (unos cinco años más o menos) habré leído unos 40 o 50 títulos, ¿Veis? No son tantos. Bueno, pues estos libros nunca los he leído en inglés, me explico, a medida que voy leyendo párrafos los voy traduciendo al castellano digamos que casi a la par que los leo, es evidente que en los primeros libros (creo que el primero fue “La sombra de Ender” en aquellos tiempos en los que todavía me gustaba Scott Card) este proceso era casi un suplicio porque los párrafos eran más bien frases, y la mayoría de las veces no conseguía relacionar un párrafo de cinco o seis líneas, por ejemplo, con el siguiente, pero claro con el tiempo uno desarrolla cierta destreza mental a la hora de descifrar las frases o los párrafos completos del libro en cuestión. Eso si, pasando siempre por el “filtro” de traducción chapucera que siempre he hecho al castellano. Y aunque el libro se disfruta y después de un tiempo empieza a pillarse la sonoridad del lenguaje inglés, nunca es lo mismo que leer directamente el idioma original.
¿A que viene todo esto?. Pues a que me he dado cuenta de que este “filtro” tiene que desaparecer y que tengo que habituarme a leer EN inglés, y claro, siempre hay un motivo, y en este caso se trata de la última novela que estoy leyendo: The Winter’s Tale de Mark Helprin (lo comentaré en profundidad cuando lo acabe). Primero de todo decir que de este libro dicen maravillas, dicen que es uno de los mejores libros de fantasía que se han escrito nunca y que el estilo de la prosa es muy parecida al “Pequeño, Grande” de John Crowley (mi libro favorito de fantasía, y precisamente por el estilo), incluso cuando lo lees, y esto ya es una apreciación personal, te das cuenta de que el tono y temática te llevan a compararlo con el libro de Crowley. Los dos suceden en la ciudad de Nueva York, por ejemplo, hay de hecho una escena en el libro de Helprin que sucede en la Estación Central de Nueva York y que a mi especialmenete me ha emocionado, sobre todo cuando describe las constelaciones que hay colgando del techo de la estación (¡Tengo que ir a Nueva York!). Bueno, a que me voy por las ramas, resulta que este libro no puede leerse en mi castellano, necesitaría una muy buena traducción, porque aunque me esfuerce no soy capaz de apreciar de esa forma la belleza del lenguaje. Así que ahora estoy tratando de romper este puñetero “filtro” de traducción que yo hago y resulta que no es tan difícil todo consiste en esforzarse en leer en inglés pronunciando las palabras en inglés en voz alta si es necesario y la verdad es que me ha sorprendido la facilidad con la que soy capaz de captar el significado del párrafo la frase o la palabra (esto ahora es lo último) sin tener que saber necesariamente como se traduce al español. Y claro también la capacidad de lectura y de compresión aumenta muchísimo porque ahora por ejemplo cuando me encuentro con grief y hurt en la misma frase (o shape y form )no tengo que devanarme los sesos por buscar sinónimos para no pensar dos veces en la misma palabra (aunque sepa que tienen significados distintos). También tiene sus inconvenientes, claro, antes cuando leía en ingles mal traducido al español si tenia la televisión o la música martilleándome los oídos pues no pasaba nada porque mi concentración estaba exclusivamente en desentrañar el significado de la frase, ahora ya no es así, ahora es como cuando lees en español que puedes leer párrafos completos en castellano sin enterarte de lo que has leído porque el volumen de la tele hace que no te escuches. Ahora ya incluso casi pudo notar el clic de cambio de chip cuando paso de una página web en español a otra en inglés y comienzo a leer las palabras. La verdad es que estoy emocionado, no pensaba que fuese tan fácil, y aunque parezca tonto quería compartirlo, y al fin y al cabo, ¡Qué demonios!, para eso son las bitácoras ¿no?, para que uno pueda contar sus experiencias que aunque para otros puedan parecer naturales para mí pueden ser como un mundo nuevo.
La próxima será una reseña, lo prometo.
En el tiempo que llevo leyendo en inglés (unos cinco años más o menos) habré leído unos 40 o 50 títulos, ¿Veis? No son tantos. Bueno, pues estos libros nunca los he leído en inglés, me explico, a medida que voy leyendo párrafos los voy traduciendo al castellano digamos que casi a la par que los leo, es evidente que en los primeros libros (creo que el primero fue “La sombra de Ender” en aquellos tiempos en los que todavía me gustaba Scott Card) este proceso era casi un suplicio porque los párrafos eran más bien frases, y la mayoría de las veces no conseguía relacionar un párrafo de cinco o seis líneas, por ejemplo, con el siguiente, pero claro con el tiempo uno desarrolla cierta destreza mental a la hora de descifrar las frases o los párrafos completos del libro en cuestión. Eso si, pasando siempre por el “filtro” de traducción chapucera que siempre he hecho al castellano. Y aunque el libro se disfruta y después de un tiempo empieza a pillarse la sonoridad del lenguaje inglés, nunca es lo mismo que leer directamente el idioma original.
¿A que viene todo esto?. Pues a que me he dado cuenta de que este “filtro” tiene que desaparecer y que tengo que habituarme a leer EN inglés, y claro, siempre hay un motivo, y en este caso se trata de la última novela que estoy leyendo: The Winter’s Tale de Mark Helprin (lo comentaré en profundidad cuando lo acabe). Primero de todo decir que de este libro dicen maravillas, dicen que es uno de los mejores libros de fantasía que se han escrito nunca y que el estilo de la prosa es muy parecida al “Pequeño, Grande” de John Crowley (mi libro favorito de fantasía, y precisamente por el estilo), incluso cuando lo lees, y esto ya es una apreciación personal, te das cuenta de que el tono y temática te llevan a compararlo con el libro de Crowley. Los dos suceden en la ciudad de Nueva York, por ejemplo, hay de hecho una escena en el libro de Helprin que sucede en la Estación Central de Nueva York y que a mi especialmenete me ha emocionado, sobre todo cuando describe las constelaciones que hay colgando del techo de la estación (¡Tengo que ir a Nueva York!). Bueno, a que me voy por las ramas, resulta que este libro no puede leerse en mi castellano, necesitaría una muy buena traducción, porque aunque me esfuerce no soy capaz de apreciar de esa forma la belleza del lenguaje. Así que ahora estoy tratando de romper este puñetero “filtro” de traducción que yo hago y resulta que no es tan difícil todo consiste en esforzarse en leer en inglés pronunciando las palabras en inglés en voz alta si es necesario y la verdad es que me ha sorprendido la facilidad con la que soy capaz de captar el significado del párrafo la frase o la palabra (esto ahora es lo último) sin tener que saber necesariamente como se traduce al español. Y claro también la capacidad de lectura y de compresión aumenta muchísimo porque ahora por ejemplo cuando me encuentro con grief y hurt en la misma frase (o shape y form )no tengo que devanarme los sesos por buscar sinónimos para no pensar dos veces en la misma palabra (aunque sepa que tienen significados distintos). También tiene sus inconvenientes, claro, antes cuando leía en ingles mal traducido al español si tenia la televisión o la música martilleándome los oídos pues no pasaba nada porque mi concentración estaba exclusivamente en desentrañar el significado de la frase, ahora ya no es así, ahora es como cuando lees en español que puedes leer párrafos completos en castellano sin enterarte de lo que has leído porque el volumen de la tele hace que no te escuches. Ahora ya incluso casi pudo notar el clic de cambio de chip cuando paso de una página web en español a otra en inglés y comienzo a leer las palabras. La verdad es que estoy emocionado, no pensaba que fuese tan fácil, y aunque parezca tonto quería compartirlo, y al fin y al cabo, ¡Qué demonios!, para eso son las bitácoras ¿no?, para que uno pueda contar sus experiencias que aunque para otros puedan parecer naturales para mí pueden ser como un mundo nuevo.
La próxima será una reseña, lo prometo.
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