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viernes, agosto 05, 2005

El país de las risas


Tenia ganas de leer algún libro de Jonathan Carroll. Después de leer algunas críticas del último libro publicado en España, El mar de madera, no me terminaba de convencer así que decidí leer la versión original de El país de las risas, que según tengo entendido es uno de los libros más representativos del autor, y no estoy decepcionado la verdad, aunque eso si, quizás si que resulte una lectura un poco más ligera de como me la había imaginado. El libro, aunque publicado en castellano por Ultramar es prácticamente inencontrable, de ahí que haya optado por la versión original

Thomas Abbey ha admirado durante toda su vida al autor de cuentos infantiles Marshall France, un DIA encuentra en una tienda de libros usados uno de los libros de su autor preferido, lamentablemente ya esta reservado aunque al final consigue convencer a la compradora, la peculiar Saxony Gradner, para que le venda el libro.

Este simple trámite hace que se inicie una relación entre los dos protagonistas que culminará en el intento de escritura por parte de Thomas de la biografía oficial de Marshall France, para ello viajará inicialmente a Nueva York para ponerse en contacto con la editorial que publico los trabajos de France y posteriormente a Galen el pueblecito donde vivió después de emigrar desde Austria para ponerse en contacto con la hija del escritor y pedirle su permiso; Aunque advertido desde la editorial de lo poco dispuesta que se encuentra la hija a permitir el libro, al llegar a Galen Thomas se encontrará con que Anna, la hija de France, esta completamente a favor de la publicación.

Galen es un pequeño pueblecito rural de Missouri y al principio, mientras lees el libro, piensas que el comportamiento de los aldeanos es el habitual en este tipo de pueblos americanos, ya sabéis, gente afable, amigable y que se inmiscuye en los asuntos de los demás aunque sean unos desconocido, uno se ha acostumbrado ya de tanto ver Smallville y películas americanas... Pero a medida que avanza la historia va resultando claro que el comportamiento de los habitantes de Galen no es del todo habitual, en principio parecen conocer en todo momento lo que Thomas y Saxony hacen en el pueblo y además los sucesos trágicos no parecen afectarles de la manera habitual.

Tengo sentimientos encontrados con esta novela, me ha gustado mucho pero por otro lado no tengo la sensación de satisfacción que he encontrado con otras novelas, podría ser que me esperase una novela de fantasía urbana y al final me he encontrado más bien con una especie de realismo mágico porque aunque si que hay momentos claramente fantásticos en el libro, durante casi toda la novela no sucede nada que haga pensar que estas leyendo una novela de género. También me da la sensación de que esta es una novela que hay que leer en su momento, cuando todavía se esta verde en el género, estoy seguro que si la hubiese leído unos cuantos años antes mi valoración sería mas positiva; leída ahora tiene el problema de que no cuenta nada que no se haya leído ya; también me da la impresión de que la novela hubiese funcionado mejor como relato corto, hay elementos que sobran en la historia, la relación del protagonista con Saxony, por ejemplo, me parece más bien innecesaria y en cierto sentido ha producido en mi un sentimiento de rechazo hacia el personaje de Thomas.

Contiene, eso si, algunas escenas realmente conseguidas, la gran sorpresa final te deja clavado en la silla, y más adelante cuando lo piensas detenidamente te das cuenta que es el final lógico hacia el que te han ido llevando pasito a pasito a lo largo de toda la historia; la escena en la tienda de libros usados es también entrañable sobre todo por la sensación de realismo al describir el encuentro de un coleccionista con un libro buscado.

Tengo todavía por leer El mar de madera y Voice of our Shadow también del mismo autor. Esta primera experiencia con Carroll me permitirá al menos comprobar en obras más maduras (El país de las risas es su primera novela), Jonathan Carroll es tan bueno como dicen que es.