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martes, agosto 16, 2005

Va de puertas

Los que leáis esta bitácora con cierta frecuencia os habréis dado cuenta que la parte derecha de la página (concretamente los listados de Estoy leyendo…, Leidos y The Pila) está cambiando constantemente. Pues bien, este fin de semana he devorado (porque no hay otra palabra para describirlo) dos libros que contienen en su título la palabra que abre esta entrada. Purtas de Gene Wolfe de la que no conocía nada (es el primer libro que leo del autor) y Puerta al verano de Robert A. Heinlein de la que si conocía bastante más, no solo sobre su calidad sino también parte del argumento. Pero ya que ha sido Puertas el primero que he leído lo mejor será comenzar cronológicamente:

Aunque no conocía nada del libro de Wolfe si que conocía al autor por comentarios en foros y reseñas de otras de sus obras. Sabía que se trata de un autor que escribe con un estilo denso y difícil de seguir, lo que no me esperaba era encontrarme con la genialidad que he leído en Puertas. Lo primero que pensé cuando terminé de leer el libro fue: Este tio o esta loco o es un puñetero genio, y la verdad es que creo que me quedo con lo último. La verdad es que veo difícil explicar el argumento de Puertas así que intentaré describir más o menos la trama inicial y después intentaré transmitir las sensaciones que produce a medida que se va profundizando en la trama.

Green (personaje principal de la novela) esta buscando a su amante Lara. Al comienzo de la historia Lara ha abandonado el apartamento donde vive Green dejándole solamente una enigmática carta en la que le explica que tenga cuidado con las puertas. El protagonista después de leer la carta decide ir a buscar a su amada. A partir de aquí comienza una de los libros más extraños que he podido leer. No se, es como si David Lynch se hubiese reunido con Philip K. Dick y cada uno de ellos hubiese aportado su genio a la novela, las pesadillas oníricas de Lynch pro un lado mezclado con las paranoias mentales de mundos paralelos de Dick. Green cree que Lara es una mujer de otro mundo que puede pasar de su mundo al nuestro a través de unas puertas que comunican ambos mundos (genial el simil que Wolfe realiza entre los canales de TV y los mundos paralelos), en su mundo Lara es La Diosa, un ser mitológico que busca a su amante perdido al que abandono hace miles de años. Green en su busqueda de Lara atravesará las puertas que comunican un mundo con el otro y protagonizará las más extrañas aventuras, durante su búsqueda de Lara Green encontrará referencias constantes a su amada (aparece con otro nombre en la televisión, tiene una conversación por teléfono con ella, encuentra su rostro en una muñeca, a lo largo de toda la historia se juega con el nombre de Lara de forma que distintos personajes en la novela la representan, es Lora Masterman, o Laura Nomos o simplemente Lara) de todas formas lo que atrae (o espanta) de esta novela es el tratamiento que se hace de la acción, los acontecimientos que se relatan a lo largo de la historia son una auténtica locura, en un momento Green se encuentra subido a una carroza y después de caerse de ella se encuentra de repente en un hospital psiquiátrico, una de las conversaciones telefónicas que Green tiene en un momento de la novela aparece en la pantalla de una T.V. más adelante. Leer este libro es como ver una película de David Lynch.

Creo que hay dos formas de aproximarse a esta novela, primero considerar al personaje de Green como un perturbado mental, hay indicios a lo largo de la novela que nos dan a entender que se trata del paciente de una institución mental (incluso los personajes de nuestro mundo aparecen representados en el otro) y considerar que toda la historia de Lara no es más que la invención de un pobre tarado. O bien creerse lo que nos están contando y pensar que Green es realmente capaz de pasar de un lado al otro a través de las puertas, aunque parece que el autor al final de la novela decide decantarse por una explicación yo no lo veo demasiado claro y prefiero continuar con la duda. Es mucho más divertido.

Como anotación personal; tengo que leerme El castillo de Kafka la próxima vez que vaya a releerme el libro, no se si habrá una conexión más profunda en el libro de Wolfe con esta historia de Kafka, se que el nombre aparece en alemán en algún momento de la novela (¡Gracias google!) y que uno de los personaje de la historia se hace llamar Señor K.

La historia de Puerta al verano es mucho más lineal y menos engorrosa de seguir. Daniel B. Davis es un ingeniero en robótica que ha sido estafado por los socios de su empresa que se han apropiado de sus ideas (un robot capaz de realizar todo tipo de labores domésticas) y de su empresa. Para evitar problemas los dos socios deciden que Daniel tome el sueño frió durante 30 años (estamos en 1970). El sueño frió es un estado de animación suspendida en la que puede mantenerse vivo a una persona durante un tiempo indefinido a una temperatura de 4 grados bajo cero. Daniel se encontrará de esta forma en el año 2001 y después de descubrir que el viaje en el tiempo es posible decidirá vengarse de sus antiguos colaboradores.

Lo que me atrae de esta novela es lo bien escrita y divertida que resulta de leer, Daniel es uno de los personajes más simpáticos que he leído y la historia que se cuenta es muy fluida y amena. Se le podría echar en cara la ingenuidad de la novela a la hora de presentar los avances científicos, no solo del año 2001 sino también del año 1970 (la novela es del año 1957) ya que Heinlein era bastante optimista al imaginar que la crionización sería un negocio factible en el año 1970 o los inventos que se describen en el año 2001 y que todavía están lejos de realizarse. Aun así la novela se lee como ya he dicho antes de un tirón y los errores de Heinlein se dejan pasar por alto gracias al disfrute de la aventura.

Como nota final me gusta especialmente la explicación que da Heinlein (aunque no tiene ninguna base científica eso seguro) al problema de las paradojas temporales:

Hay una divinidad que forma nuestros fines, por más que nosotros tratemos de moldeamos a nuestro antojo. Libre albedrío y predestinación en una sentencia, y ambas cosas ciertas. Hay solamente un mundo real, con un pasado y un futuro. «Como fue en un principio, ahora y siempre, por siempre más, amén. » Solamente uno... pero lo bastante grande y lo bastante complicado para poder incluir el libre albedrío y el viaje por el tiempo y todo lo demás en sus uniones y sus retornos y circuitos de protección. Se te permite hacer lo que quieras dentro de las reglas... pero vuelves a tu propia puerta.

¡Ah!, y el título de Puerta al verano es solo circunstancial y no tiene nada que ver con la trama, pero a mi me encanta ese título.

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